1. Biografìa

Biografía

Proveniente de una reconocida y distinguida familia de la provincia de Santiago de Chuco, Santiago Evaristo Uceda Castillo, nace en la ciudad capital un 12 de octubre de 1954, teniendo como progenitores al profesor Enrique Uceda Paredes y la señora Donatila Josefina Castillo Murga, siendo el séptimo de ocho hermanos (Carmen Donatila, Manuel Enrique, Carlos Ezequías, Rosa Asunción Catalina, María Isabel, Manuela, Santiago Evaristo y Víctor Manuel).

En sus primeros años de vida por su pelo rubio y piel blanca poco comunes en el medio, los pobladores lo decían el “gringo”, destacan en él su arrollador carisma reflejado en su amplia sonrisa, su grácil elocuencia y dinámica conversación que fácilmente cautivaba a niños de su edad, a jóvenes y adultos, quienes rápidamente se veían involucrados en las interminables e imaginarios relatos que tenía para cada ocasión.

En la década de sesenta la familia Uceda Castillo, por razones de estudios de los hijos mayores que ya residían en la ciudad de Trujillo, tiene que dejar su tierra cuando Santiago empezaba su formación educativa, la cual la inició en la Escuela Primaria de Varones N° 271, más conocida como “Centro Viejo” hoy Institución Educativa N° 80520 de su tierra natal y los culminó en 1966 con notas sobresalientes en la Escuela Ricardo Palma (I.E N° 80010) de la primaveral ciudad de Trujillo, centro urbano conocido como cuna de la libertad, pero también por ser polo de desarrollo del norte peruano que hasta ahora atrae a muchos jóvenes por su elevado nivel cultural y educativo alcanzados.

El siguiente tramo de su formación: la secundaria, lo realiza en el Centenario y Emblemático Colegio Nacional “San Juan” de la ciudad de Trujillo entre los años 1967 a 1972. Del primero al último año ocupó los primeros puestos, siendo brigadier general y premio de excelencia del colegio; ya durante esta etapa de su vida resaltan sus grandes cualidades de líder y motivador proponiendo diversas mejoras del plantel: pone al servicio de los estudiantes el periódico mural y se dedica a la locución en el medio radial que funcionaba en el centro educativo. Pero no solo en los estudios tuvo destacada participación, también en los deportes atléticos, por su resistencia y excelentes marcas en las competencias mereció el sobrenombre de “tres pulmones”. En esta etapa de su formación educativa el Profesor Nelson Vásquez Alvitez se convierte en su mentor, teniendo un destacado papel en la formación integral de Santiago; pues además de exigirle lo que todos su compañeros debían cumplir, a Santiago le otorgaba tareas adicionales en especial recomendándole la lectura de diversas obras que consideraba contribuirían a moldear al futuro investigador.

Concluidos sus estudios secundarios, y finalizada la clausura de año educativo, asistieron a la ceremonia destacados periodistas de los principales medios de comunicación de la ciudad, quienes inquietos por conocer que carreras profesionales seguirían quienes ocuparon los primeros puestos; al ser entrevistado y cuando se pensaba que el primer estudiante del más prestigioso colegio nacional de la ciudad estudiaría medicina o abogacía, dos de las más reconocidas y rentables carreras profesionales que ofrecía la Universidad Nacional de Trujillo, quedaron pasmados al escuchar que seguiría los pasos de don Julio C. Tello y Max Uhle: la Arqueología. Es aquí cuando sale a relucir otro aspecto de su firmeza en sus objetivos y los sólidos valores que había forjado durante esos cinco años de secundaria; para él, una carrera profesional –decía- “no es para hacerse rico, sino hacer con pasión lo que a uno le gusta y llenar el espíritu de satisfacciones”. Esto luego lo llevó a plasmar en un pensamiento que repetía en sus participaciones en los eventos a los era invitado: “La historia y cultura de nuestro país son nuestra mejor riqueza”.

Este es el punto de quiebre de una carrera que nadie, en aquel entonces pensaba podría tener tanta trascendencia para la vida cultural, educativa de nuestra región, así como para la economía y la sociedad peruana, de tal suerte que ahora son muchos los estudiantes que tienen la misma visión y pasión que Santiago tuvo en aquella clausura cuando se retiraba de la secundaria.

En el año 1973 ingresa a la Universidad Nacional de Trujillo dentro del Programa de Ciencias Sociales, cuya decanatura estaba bajo la dirección del Dr. Jorge Zevallos Quiñones, carrera que la culmina con las calificaciones más altas y conservando su peculiar sello de un destacado e inquieto estudiante de Arqueología, estudios que los concluye el año 1979. En este centro superior de estudios tuvo una activa participación en la organización estudiantil en procura de mejoras en la calidad del sistema educativo, docentes idóneos, una buena infraestructura, así como el equipamiento y modernización de su facultad. Ese mismo año que termina sus estudios, obtiene el grado de Bachiller en Ciencias Sociales y luego el título de Arqueólogo.

Su experiencia profesional empieza el año 1977 en el Instituto Nacional de Cultura, actual Ministerio de Cultura, en las filiales de La Libertad, en donde desempeña diversos cargos relacionados a la elaboración y ejecución de proyectos arqueológicos, así como a la supervisión de Monumentos y de Proyectos arqueológicos de instituciones nacionales e internacionales; de Áncash (Museo de Sechín) y de Lambayeque (como encargado del Museo Bruning entre los años 1981-82).

Durante este último periodo conoce a Claude Chauchat, destacado investigador francés quien estaba abocado a la investigación de la manufactura lítica de la Cultura Paijanense en la quebrada de Cupisnique, quien le habla de las facilidades que había para continuar sus estudios avanzados en la universidad de Burdeos. La propuesta fue tomada muy serio, por nuestro habilidoso y perseverante Santiago, quien llevó un curso acelerado del idioma francés; de esta manera, el año 1982 viaja a Francia e inicia de inmediato sus estudios de maestría y los culmina al año siguiente, luego y sin pérdida de tiempo, comienza su doctorado en la misma Universidad de Burdeos 1- Francia y los concluye el año 1986 sustentado con la tesis: “El paijanense de la región de Casma (Perú) industria lítica y sus relaciones con otras industrias pre cerámicas”

En la Universidad de Burdeos conoce a la también estudiante argelina de post grado de Geología Nadia Belounis, con quien al culminar sus estudios, contrae nupcias el año 1987 en la ciudad de Trujillo y de cuya unión nace en 1989 su única hija Anaïs Uceda Belounis.

El gobierno peruano al ejecutar el Proyecto de irrigación CHAVIMOCHIC en la faja costera del departamento de La Libertad determina que en el ámbito de influencia existían zonas arqueológicas que se verían comprometidas seriamente por las obras civiles, por lo cual contratan a Santiago como Director del Programa de Rescate Arqueológico en los Valles de Santa Chao y Vírú (1987-91), quien con un pequeño equipo de profesionales y técnicos, realizaron la evaluación y rescate del material arqueológico en peligro de extinción, los cuales fueron registrados y estudiados adecuadamente, trabajo realizado en forma impecable bajo el rigor científico y técnico y que está debidamente documentado, siendo este su primera carta de presentación como investigador.

En el año 1991 y gracias a los descubrimientos de algunos restos polícromos encontrados en el lado sur de la pirámide de la Huaca de La Luna, junto con el historiador y restaurador Ricardo Morales Gamarra, formulan el Proyecto de Investigación Arqueológica y Puesta en Valor de las Huacas del Sol de La Luna, teniendo como primera contribución económica un pequeño aporte de la Fundación Ford. Y este se convierte en el tercer pilar fundamental de su existencia, porque durante los 26 años a los cuales dedicó lo mejor de sus conocimientos y habilidades, no solo plasmó en informes cuanto hallazgo tuvo en el camino, sino que además, convirtió a la Huaca en un referente de las investigaciones de la Cultura Moche, tanto para el Ministerio de Cultura, como para la investigación académica de la UNT. El Proyecto arqueológico se convierte en el laboratorio para la formación no solo de los jóvenes estudiantes de ese centro de estudios, sino también de muchos estudiantes e investigadores extranjeros. Santiago siempre ponía de manifiesto la importancia de las investigaciones arqueológicas, pero sobre todo, fue muy enfático en la publicación de sus resultados, sino decía el arqueólogo se convierte en “un huaquero con título”[1].

Paralelamente a los trabajos de rescate desarrollados en CHAVIMOCHIC, Santiago ingresa a la docencia universitaria en calidad de Profesor Auxiliar dentro del Programa Profesional de Arqueología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo (1987-1993). Este constituye el tercer pilar de su vida, que fue consolidando hasta el fin de sus días. Su pasión y satisfacción no sólo se basó en la enseñanza sino el compartir conocimiento a través de las ponencias, conferencias, organización y desarrollo de eventos diversos que permitía a los estudiantes no solo estar actualizados, sino también relacionarse con los mejores docentes e investigadores de la arqueología nacional e internacional.

Su ascenso en la carrera universitaria fue muy meritoria y destacada, en el año 1993 es nombrado como profesor asociado, ya para el año 1998 era profesor principal, ocupando además los cargos de Director de la Sección de Post Grado de su Facultad (1990-1994) Jefe de la Oficina de Intercambio Académico (1992-1994), donde propuso la suscripción de diversos convenios con Universidades extranjeras. Fue designado Director académico del Museo de Arqueología, Antropología e Historia de la Universidad Nacional de Trujillo, en cuya gestión fueron modificadas las instalaciones dando un aspecto moderno a la par de los museos del mundo (1995-2001). También fue designado profesor de la Escuela de Postgrado de la UNT mención en Arqueología y mención en Turismo (1996-1998).

Fue electo democráticamente y según las normas universitarias Decano de la Facultad de Ciencias Sociales en dos oportunidades, para los periodos 2005-2008 y 2016 hasta su deceso. Su principal preocupación – en este puesto – fue fortalecer la calidad de la enseñanza, la culminación de las infraestructuras imprescindibles, así como el equipamiento de la Facultad, requisitos indispensables para lograr la acreditación de las carreras de Arqueología, Antropología y Turismo. Su lema era “La Calidad Académica debe convertirse en un pilar fundamental en la UNT, todavía hay esperanza, nuestra universidad puede cambiar”

Junto al desempeño universitario en su Alma Mater y con los resultados de sus investigaciones en la Huaca de la Luna, en el año 2001 traspasa la docencia en el país y empieza a colaborar con ciclos doctorales en la Universidad Pablo de Olavide – Sevilla, su desempeño en la docencia como profesor invitado, se suma luego la Universidad Autónoma de Barcelona; Universidad de Rennes I, Master 2, Francia; Igualmente es invitado a dar conferencias en Universidades de Norteamérica: Austin, Texas; Harvard, Massachuset; Yale, Connecticut; Dumberton Oaks, Washington; Honolulu, Hawai; y Universidad de Rochester, Michigan. También fue invitado por la Universidad Autónoma de México; Universidad del Valle, Guatemala; Estuvo en eventos científicos en La Paz, Bolivia, en Shangai, China; Río de Janeiro, Brasil; y Museo de Arte pre colombino de Santiago, Chile. La lista de los eventos en los cuales participó en su calidad de ponente, promotor y asistente desarrollados en diversas ciudades de nuestra patria es muy amplia y diversa.

Santiago además de sobresalir en área de la Arqueología, la docencia universitaria y la investigación científica, también lo hizo en el campo de la gestión, para lo cual creó un modelo único para desarrollar el Proyecto Arqueológico de la Huaca de la Luna, constituyó el Patronato Huacas de Moche, institución con una personería jurídica sólida, así como una administración: eficiente, responsable, eficaz, confiable y transparente, mediante el cual consiguió canalizar y ejecutar los fondos provenientes tanto de la empresa privada, el estado y la cooperación internacional. Durante los primeros años de excavaciones, los hallazgos van dando vida a un montículo de adobes que por años fue objeto de profanadores y huaqueros que destruyeron diversas áreas del templo, siendo los grabados polícromos de las deidades Moche y su cosmovisión plasmados en alto relieve, lo que cautivan a los visitantes que poco a poco y en forma creciente, su registro llegaría a superar todas las proyecciones, incluso superó a Chan Chan en el flujo turístico en un determinado momento. Nunca dejó de crear formas para promocionar y consolidar a la Huaca de La Luna como un destino turístico en el norte del país, fue un férreo defensor de la descentralización y la desburocratización del ente rector de la cultura; por lo cual, tuvo que afrontar serias y agrias discusiones con la cúpula capitalina y su favoritismo hacia la región sur de nuestra patria; también logró que una parte importante de los ingresos generados por la unidad de conservación, revierta para su adecuado mantenimiento, así como darle sustentabilidad económica.

Por su alta eficiencia en los campos de su dominio recibió numerosos reconocimientos y distinciones cuyo detalle los puede encontrar en la sección respectiva; sin embargo, destacamos los siguientes: el reconocimiento del gobierno francés en el año 2005 al concederle las Palmas Académicas en la Orden de Caballero; en el 2006 recibe el IV Premio Reina Sofia de Conservación (Proyecto Huacas del Sol y de La Luna); y, 10 mejores proyectos de investigación arqueológica en el Mundo por el Forum de Arqueología de Shanghai en el año 2013.

Siempre se caracterizó por tener un físico admirable, una resistencia a las enfermedades, posiblemente debido a la gran pasión por las comidas – fue un apasionado al arte culinario – pese a que no le gustaba prepararlos, era un tremendo crítico al testar tal o cual plato, no importaba si este fuese este de origen nacional o extranjero, criollo o exótico, como cuando se deleitaba con la cocina árabe que le prodigaba su querida esposa Nadia.

Los últimos eventos de trascendencia que cumplió el año 2017 fue cuando viajó a Francia en noviembre como curador de la exposición de objetos de la Huaca de la Luna en el prestigioso Museo de Quai Branly (Paris), y luego haber participado de la supervisión periódica al proyecto de la Huaca de la Luna que realizó la Unidad Desconcentrada del Ministerio de Cultura el día 28 de diciembre 2017, luego de la cual, ese mismo día fue internado en una clínica local.

Por causas que aún no están determinadas con exactitud, a las 8 y 40 de la noche del domingo 14 de enero de 2018 dejó de existir ante la sorpresa y conmoción de sus familiares, amigos y de la comunidad científica internacional que lamentaron su temprana desaparición, a los 63 años, cuando se encontraba en la fase de su vida que generaba sus mayores contribuciones a la arqueología peruana.

  1. Toda la producción científica del Dr. Uceda al respecto puede encontrarla en la sección de publicaciones.